El mexicano que trabaja para Scorsese

Gastón Pavlovich.
Gastón Pavlovich. Foto: La Fábrica de cine.
Tom Hanks en "Un holograma para el rey". Foto: Cortesía Fábrica de cine.
Tom Hanks en «Un holograma para el rey». Foto: La Fábrica de cine.

Se llama Gastón Pavlovich y estrenó en México Un holograma para el rey, con Tom Hanks.

Juan Manuel Badillo

El mexicano que trabaja con el genio director Martin Scorsese se llama Gastón Pavlovich, es de Agua Prieta, Sonora y se formó como economista antes de que el cine lo atrapara de por vida.

Es uno de los productores principales de Silence de Scorsese. “Una película de un gran contenido religioso y por eso mismo complicada”, contó el productor.

Historia basada en la novela de Shûsaku Endô, sobre dos jesuitas (Liam Neeson y Adam Driver) que sufre tormento y penuria en el lejano Japón del siglo XVI.

La primer película de Pavlovich fue como guinista, en El Estudiante; la escribió para un puñado de jóvenes inexpertos, con un presupuesto mínimo y se filmó en Guanajuato, México, con el fallecido Jorge Lavat. Fue un inesperado éxito de taquilla.

Cuando se entrevistó con Scorsese le preguntó qué era lo que el mexicano le gustaba comer y qué películas veía. “Me habló de lo importante que era Silence para él, como si quisiera convencerme de trabajar con él y no al revés”, recordó.

Por un cine inspirador

Este fin de semana se estrena Un holograma para el rey (A hologram for the King, 2016), del cineasta alemán de culto Tom Tykwer (Corre Lola, Corre, 1998). Película chiquita (29 millones de dólares) e independiente, según los estándares de Hollywood, interpretada por Tom Hanks y producida por Pavlovich, junto con un puñado de productores más.

Hanks interpreta a un empresario en bancarrota, que busca recuperarse viajando al desierto de Arabia Saudita, para vender unos hologramas a un jeque millonario.

“Siguiendo la idea de nuestra empresa (La fábrica de Cine), queremos hacer historia de gente ordinaria, haciendo actos extraordinarios”, explicó Pavlovich.

A Hanks, el mexicano lo describió como el hombre de la eterna sonrisa. “Siempre alegre, siempre propositivo, siempre animando a todos en momentos agobiantes, ya cansados”, contó.

El primer problema de rodaje fueron las condiciones del clima y el lugar. “Tuvimos que dormir en el desierto, en cacitas y chozas sin nada de lujos ni agua; y él (Hanks) contando chistes en las noches, animando a todo el grupo”, dijo.

Como productor, Gastón Pavlovich quiere ser eficaz y como creativo inspirador a la gente. “No me considero un hombre de éxito, todavía tiene que salir mis películas”, aclaró.

Tiene dos películas más en espera de estrenar (Max Rose de 2013 y The price of disaire de 2015) y cinco en producción, entre ellas Silence de Scorsese.

“Mientras tanto, por lo pronto, si espero demostrar que desde pequeños proyectos, y con una dosis de inspiración, México tiene que ofrecer a la industria del cine mundial, podemos hacer mucho y hay el suficiente talento para ello, nada más falta quitarnos la barrera en la mente de que no se puede. ¡Claro que se puede! ¡Si se puede!”, declaró.

Un holograma para el rey se estrena en México en 180 pantallas. Su estreno mundial fue en el Tribeca Film Festival de Robert de Niro, en el Festival de Berlín y luego llegó al circuito de cines independientes de Nueva York. FIN

 

Deja un comentario